«La relación con (Juan) Schiaretti no terminó bien. Y para (Alejandra) Vigo, la presencia de De la Sota siempre fue una molestia». La frase la soltó la semana pasada una persona del entorno de Natalia de la Sota, la hija del exgobernador y actual diputada nacional que debe renovar mandato el año próximo. Luego de que ambas, tanto ella como Vigo, llegaran al Congreso en el 2021 con una campaña que estaba enfocada en «ellas», tal era el slogan del oficialismo cordobés.
«Ella entiende el zigzagueo de Llaryora porque tiene que gestionar y la relación con Nación debe existir en el marco de la institucionalidad, pero no pretendan que ella salga a alinearse con gestos porque ve cómo este Gobierno nacional daña todo lo posible a las clases más populares», sostienen en el delasotismo. Para ratificar, no sólo la manera en la que vota en el Congreso, sino también lo que manifiesta de manera pública en notas y redes sociales.
LPO