La opaca compra de Flybondi expuso al empresario Leandro Scatturice como el Lázaro Báez libertario que goza de contratos millonarios con la SIDE y la Anses por impulso de Santiago Caputo.

Ese avión hizo famoso a Scatturice por un escándalo que sigue sin aclararse, ante la previsible inacción de la justicia. En febrero de este año su Bombardier 5000 aterrizó en Aeroparque con una carga misteriosa y más de una decena de valijas transportadas por la trumpista Laura Belén Arrieta. La Nación reveló que cuando la Aduana quiso revisar el contenido, una «orden de arriba» frenó el procedimiento. 

El contrato salió a la luz porque que en Estados Unidos las empresas están obligadas a informar sus actividades de lobby y, según los registros del Departamento de Justicia de los Estados Unidos, el pasado 16 de junio la SIDE le otorgó un contrato a la empresa Tactic de Scatturice. El periodista Ignacio Glimaldi de LN+ fue quien lo reveló (ver video).

La compra de Flybondi por parte de Scatturice, que recibe fondos de la SIDE que controla Santiago Caputo, se da en medio de un proceso de ajuste y demonización de Aerolíneas Argentinas, a cargo del propio Caputo. El mecanismo de autofagocitación es tal que la agencia estatal Télam prepara, por orden de la Casa Rosada, informes negativos de la aerolínea del Estado

Scatturice compró Flybondi por medio de la empresa OCP Tech SA, que tiene contratos por casi 7 millones de dólares con la Anses. El amigo de Santiago Caputo es una suerte de empresario multipropósito -como una navaja suiza, pero argentina-, siempre cerca del Estado, ya que además de la SIDE y la Anses, también tiene negocios con Trenes Argentinos. 

Uno de los socios de Scatturice es Barry Bennett, ex asesor de Trump. Junto a otros aliados del think tank trumpista CPAC, fundó la consultora Tactic Global. Santiago Caputo fue uno de los asistentes a la conferencia que la CPAC hizo en marzo, junto a Agustín Romo y Macarena Alifraco, todos supuestamente invitados.

LPO