El PRO está sacudido por el show afiliatorio de Patricia Bullrich a La Libertad Avanza, las hostilidades de la escudería de Javier Milei y la elección porteña que no tiene al oficialismo capitalino entre las opciones favoritas. En ese marco, en Córdoba los alfiles de Mauricio Macri dieron este sábado una muestra de unidad y de sobrevida con Jorge Triaca como invitado especial.
La aparición del exministro de Trabajo busca darle mayor densidad a un partido jaqueado por las tensiones propias de mutar hacia el espectro libertario o conservar la identidad en un marco de nuevas alianzas.
Triaca hizo gala de su rol de articulador en el hotel Mónaco de Villa Carlos Paz ante una centena de integrantes de concejos deliberantes y autoridades municipales amarillas, cobijadas bajo el calor de la Fundación Pensar y su madrina, la ultramacrista Soher El Sukaria.
El mensaje de Jorge Triaca en Córdoba
El dirigente expresó el mensaje de Macri: pidió mantener la unidad partidaria en tiempos difíciles. Su discurso no salió de lo que se espera en estas ocasiones, pero su presencia bastó para recordar que el expresidente mira de cerca este bastión que tantas alegrías le supo dar.
Habló de fortalecer el sentido de pertenencia. Un llamado inevitable en tiempos de garrochazos. Triaca hizo mención a quienes se fueron y acotó su jugada al campo personal. «Nuestra responsabilidad es tener representación electoral en todos los pueblos de la provincia y la Nación», expresó el proyecto futuro.
El evento estaba agendado desde hace tiempo, pero cayó en un momento justo. El PRO de Córdoba está intervenido por Henry Bla Leis, un incondicional de quien será la defensora del Público hasta fines de mes y concejala activa el primer día de julio.
Formalmente, los mandatos partidarios vencieron el 7 de abril así que Oscar Agost Carreño perdió el muñequeo de la lapicera partidaria y mastica su descenso a la Legislatura provincial.
El rol del intendentismo amarillo
En la perla de Punilla, el PRO macrista buscó mostrarse entero y con anclaje territorial, pero sobre todo con los pies dentro de un mismo plato. La mesa intendentista estuvo marcada por el alto protagonismo de Pablo Cornet (Villa Allende), Sara Majorel (Marcos Juárez) y Adela Arning (Mendiolaza). El faltazo que dio que hablar fue el de Facundo Manzoni, el jefe de Viamonte, que hace poco lanzó la línea interna Nuevo PRO y estrenó una miniliga con algunos de sus pares del sudeste de Córdoba para negociar con el cordobesismo.
Majorel y Arning son clave para el armado amarillo que se promete demostrar que son pocos, pero buenos.
La intendente del sudeste gobierna una ciudad simbólica que desde 2014 se bautizó como «el kilómetro cero del cambio». Logró trabar con El Sukaria una relación sólida y sostiene los cantos de sirenas del Partido Cordobés de Martín Llaryora y el trajinar por su territorio del neocordobesista Pedro Dellarossa, quien fuera su mentor, y a quien probablemente enfrente en 2026, cuando Marcos Juárez regrese a las urnas.
Arnig es clave para la estructura del G25 que tiene como fogonero a Guillermo Dietrich, pero atraviesa un proceso de revocatoria de mandato que logró reunir el piso de firmas exigidas. «Vamos a pelear con uñas y dientes el cargo electivo de Adela», prometía una alta fuente del PRO, que compartió algunas presuntas irregularidades en la colecta de adhesiones parea sacar a la intendenta de la silla.
«El Día del Animal, si firmabas a favor de la revocatoria, te regalaban un chiche para tu mascota», era la desopilante anécdota que se contó en los pasillos del hotel de la perla de Punilla. El peronista apuntado fue el concejal cordobesista Nicolás Martínez Dalke, quien perdió por unos puñados la intendencia del corredor de las Sierras Chicas.
Entre anécdotas, análisis de coyuntura y una picada serrana quedó claro que son tiempos de mantener la guardia en alto.
La videollamada con Patricia Bullrich
La ministra de Seguridad encabezó un Zoom por la tarde del jueves con su tropa de todo el país. Entre las presentes se encontraba una de sus armadoras cordobesas, la diputada Laura Rodríguez Machado, quien tuvo una semana para el infarto. Mientras juntaba los votos para obtener el dictamen del nuevo régimen penal juvenil avisaba a su núcleo que no dejarían el PRO.
Es lógico: mejor sello en mano que candidatura volando. Machado suena como posible integrante de la lista libertaria, pero lo cierto es que el armador de Karina Milei, Gabriel Bornoroni, no suelta prenda.
Bullrich validó esa decisión en el encuentro virtual y dejó el peso de la decisión a cada distrito. Un sutil juego a dos puntas que empezaría con el cruce oficial del funcionariado y que, si se traban acuerdos locales por las listas de octubre, se completaría con el furgón de cola.
Quedó claro que la excandidata presidencial piensa el transfuguismo en dos tiempos. El macrismo reunido en Carlos Paz daba por hecho que los pases cordobeses ocurrirían el mismo día del cierre de las listas.
La incertidumbre que domina
El nivel de especulación de la dirigencia es directamente proporcional al desconcierto. Ni siquiera Bornoroni puede predecir octubre.
La muestra quedó reflejada este viernes, cuando el excordobesista echado por Toto Caputo, confirmó en un acto de gestión de Daniel Passerini que el Presidente le encomendó armar en la provincia. ¿Doble comando? ¿Mensaje cifrado? ¿Hacia afuera o hacia dentro?
El estacionero dice públicamente que no piensa en las listas y camina la provincia en búsqueda de los perfiles que se ajusten al futuro Congreso. Se sabe desde hace tiempo que su mano derecha, Gonzalo Roca, está en su lista de favoritos a la que se agrega la riocuartense Laura Soldano, la influencer fit.
El radical Rodrigo de Loredo quiere el escaparate de esa boleta libertaria o nada. Sabe que la resistencia de la UCR se puede aplacar si lidera. Sin embargo, el plan B que suena hace tiempo no está claro. La opción de una confluencia boinablanca con el PRO parece lejana. El propio Macri dijo en Córdoba que será el partido quien decidirá la mejor estrategia.
El Sukaria no habla con De Loredo y defiende a Macri de los ataques de Luis Juez. No habla con De Loredo y a su vez el macrismo desmiente que el diputado converse con el expresidente. En la escudería deloredista dicen que el diálogo es semanal. Así las cosas, agosto queda lejos y cada día que separa el armado de listas será una lucha por la supervivencia.
LetraP