Son varios los partidos que experimentan una crisis hoy, y la UCR es uno de ellos. Los antecedentes recuerdan una primera división en los 1920 entre los personalistas y los antipersonalistas; pero hoy ya se pueden ver tres radicalismo en Diputados: los afianzados al kirchnerismo, los dialoguistas y los radicales «peluca» o «libertarios». Los primeros amenazan con irse y los últimos se niegan a hacerlo.
La continuidad en el bloque de aquellos más allegados al oficialismo se cuestiona luego de apoyar el veto presidencial a la Ley de movilidad jubilatoria y a la Ley de financiamiento universitario, sumado a su famosa foto con el Presidente. Sin embargo, su salida no es algo que baraja ninguno de los cinco: el tucumano Mariano Campero, el neuquino Pablo Cervi, el cordobés Luis Picat, el misionero Martín Arjol y el correntino Federico Tournier.
Los radicales «peluca» buscan el diálogo
«No nos vamos a mover del bloque», aseguró Campero a MDZ. Estos legisladores tienen tiempo de definir hasta el martes si se retiran voluntariamente o no, y de no hacerlo el grupo más opositor anticipó que armará una bancada aparte. Frente a ello, el diputado agregó: «La idea o voluntad nuestra es mantenernos. Tenemos muy buena relación y respeto, y creo que uno de los mejores cuadros que tenemos es Rodrigo de Loredo».

En esta semana decisoria, se hará una puesta en común para que todos firmen un compromiso, y ellos llevarán a la mesa de debate tres ejes centrales propios: propondrán que se los libere de cualquier norma que pretenda «desestabilizar institucionalmente» al oficialismo, que impacte contra el equilibrio fiscal y también de cualquier pedido de sus gobernadores. Con estos puntos, podrán oponerse libremente a iniciativas como las dos leyes ya vetadas, que tenían un impacto fiscal.
Las posibilidades de que se abra un diálogo y llegue a buen puerto parecen ser escasas. «Los radicales cercanos a Lousteau están desesperados por irse al kirchnerismo», disparó Campero, pero no descarta la posibilidad de hablar con todos los miembros. «El radicalismo es el partido más antiguo de América Latina. Si no tenemos diversidad de pensamiento después de más de 100 años, es un gran fracaso político», sumó.
Estos cinco legisladores «radicales-libertarios», según se habla dentro del partido, «no se van a ir porque a Javier Milei le sirve que estén adentro». Por ello, crecen las posibilidades de que los allegados a Lousteau y Facundo Manes armen otro bloque, como ocurrió el año pasado, algo «que no es grave y de lo que no vale la pena escandalizarse». Luego restará decidir qué grupo lleva el sello oficial del partido.
El tucumano allegado a Milei Insistió en que no entiende bien por qué se apunta contra ellos, y nombró a Manes y a Pablo Juliano, quienes no se presentaron en la votación por la Ley Bases ni por la esencialidad educativa. «Nosotros no estamos pendientes de lo que hacen ellos, se los he dicho, pero me sorprende que sí llame tanto la atención lo que hagamos nosotros cinco», disparó.
Cervi, de Neuquén, fue uno de los que votó a favor del veto de la movilidad jubilatoria, pero se abstuvo en el debate por las universidades (lo que igualmente favoreció al Gobierno). Con respecto al apodo que se le dio a este grupo, aseguró que «es una simplificación que les hacen por haber acompañado de alguna manera al oficialismo».

«Por supuesto que han generado ruido y consecuencias nuestras decisiones, pero yo lo hago con pragmatismo; hace 4 años que estoy afiliado al radicalismo, vengo de la actividad privada. Pero entiendo que cuando hay problemas hay que encontrarles la solución. No estoy de acuerdo en que después te quieran encasillar dentro de un radicalismo parcializado», indicó.
Reconoció que apoyar a Milei es también entender que «un 56% del país lo votó, entre ellos su electorado». Además, anticipó que luego de la cruda interna de la Provincia de Buenos Aires, aparecerán algunas otras divisiones dentro de los bloques. Y se habla por lo bajo de que se cerrará este año con una UCR totalmente dividida en dos. Pero, a diferencia de lo que ocurrió en los 1920, esto no será por Hipólito Yrigoyen o Marcelo Torcuato de Alvear, sino por agentes ajenos al partido: el kirchnerismo y el libertarismo.
¿Están entre los «héroes» de Milei?
El Gobierno felicitó tiempo atrás a sus «87 héroes» que apoyaron el veto a la ley de movilidad jubilatoria con un asado en Olivos, jornada de la que sólo participó Campero de los cinco radicales que estuvieron a su lado. Y podría volver a «agradecerles» por detener el presupuesto universitario, aunque no hay nada confirmado.
Entre lo que se estuvo tanteando fue la posibilidad de que Campero sea viceministro de Justicia. Sin embargo, no se trataría de una propuesta oficial y, de serlo, «no hay posibilidad» de que se vaya al Gobierno. El apoyo a las medidas libertarias «las hacen con convicción, y no por ofrecimientos a cambio», sostiene el tucumano.

No obstante, esto va de la mano con otra propuesta dirigida a Cervi de tener la banca de Crexel en el Senado, rumor que él mismo negó: este ofrecimiento sí existió, pero el año pasado, y no tendría que ver con la negociación por su voto sobre las jubilaciones. «No sé si se dará, porque el pliego tiene que pasar por el Senado, así que no está nada fácil. Y, en todo caso, lo tienen que votar los mismos que arrojan la versión», explicó el neuquino.
¿Conviene que la UCR se divida?
Entre quienes militan sus expulsiones del bloque insisten en que deben formar parte de La Libertad Avanza. Pero ese fragmento que quedó al medio, el más dialoguista de la UCR, insiste en que «no conviene» perder gente en estos momentos decisivos: no solo están por votar el Presupuesto 2025, sino que se acercan las elecciones legislativas del próximo año.
Soledad Carrizo es una de las diputadas radicales que está en medio del tire y afloje entre ambos bandos: «No estamos en condiciones para expulsar a nadie. En absoluto. Ni a uno ni a otro. No acompaño el posicionamiento de (Fernando) Carbajal, pero tampoco me parece que tenemos que perder ni echar a nadie. Son cosas que nos dañan, no hace falta que se vayan».
«No podes echar a nadie por unos votos, por pensar diferente, porque sino lo tenemos que echar a (Martín) Lousteau», señaló. Recordó que el radicalismo ha pasado por varias crisis de este estilo y aún así no perdió la unidad. Ocurrió, por ejemplo, cuando Gerardo Morales se amistó con Sergio Massa, o cuando Raúl Alfonsín fue por su candidatura y tuvo que armar acuerdos con Eduardo Angeloz para alcanzar la victoria.
«Si no se van, nos vamos nosotros»
Fernando Carbajal, de Formosa, explicó que están esperando que se gestione este retiro voluntario que solicitaron. «Y si no lo hacen, nos vamos a ir nosotros, es una decisión tomada, no vamos a permanecer con ellos. Somos 12 o 13 que venimos trabajando en esto, el grupo de Evolución y de Manes. Hay representación de Santa Fe, Chaco, Formosa, Corrientes, Jujuy, por lo tanto somos del interior más profundo, radicalismo más federal, histórico», dijo.
En rigor, no fueron tanto los votos de los cinco radicales que despertaron el enojo de este grupo, según explicó, sino su posicionamiento posterior: el tratar a este bando de «kirchneristas» por ir en contra de La Libertad Avanza, y luego tomarse y publicar la foto con Milei.

«Uno constituye un bloque porque tiene un piso básico compartido. Ellos quieren ser oficialistas, son oficialistas, se han manifestado oficialistas, nosotros somos un bloque opositor. Ellos han manifestado, de hecho, que su líder político es Patricia Bullrich, y actualmente ella no tiene nada que ver con el radicalismo», insistió.
Durante el encuentro de este grupo para debatir el futuro del bloque, hubo dos posiciones contrapuestas. El sector más blando, encabezado por Julio Cobos, planteó darles una nueva oportunidad a cambio de que firmen un compromiso para responder las directivas del bloque. Los sectores de Lousteau y Manes se negaron y quieren armar otra bancada, ya que no consiguieron el apoyo necesario para echar a los «peluca».
MDZ