El sidicato dirigido por Roberto Fernández, la Unión Tranviarios Automotor (UTA), resolvió distanciarse del endurecimiento de los gremios contra el Gobierno nacional y no participará del paro de transporte convocado para el 30 de octubre. El gremio, que mantiene un conflicto casi permanente con las empresas y el Gobierno, además de no contar con total legitimidad en el sector, decidió levantar el pie del acelerador y no realizar ningún tipo de medidas de fuerza.
A pesar de la arremetida del Gobierno nacional contra el sindicalismo vinculado al transporte con la expulsión de Pablo Biró del directorio de Aerolíneas Argentinas y la presión ejercida desde Azopardo, la UTA no parará y continuará trabajando el 30 de octubre. Cabe señalar que, la decisión, se tomó en medio de la negociación abierta que mantienen los choferes de colectivos con las empresas, donde arbitra Casa Rosada.
La negativa de Roberto Fernández, dirigente de la UTA, debilita la medida de fuerza, ya que es el sector con mayor impacto en la vida cotidiana de la ciudadanía y el que se utiliza para visibilizar la medida. Al mismo tiempo, trascendió que el líder de la UTA se le plantó a sus pares de otros gremios y sentenció: «No me gusta que me arrastren a ningún paro«.
Mientras tanto, desde la CGT no paran de pensarse estrategias para dar un golpe certero al Gobierno, cosa que no pudieron en los paros generales convocados previamente, siendo este distanciamiento de la UTA un nuevo dolor de cabeza para la central obrera. A pesar de la no adherencia de los colectivos al paro, la Mesa Nacional del Transporte aseguró que se paralizarán los servicios de camioneros, aeronáuticos, trenes, puertos, subtes, taxis y cadetería.
MDZ