Pero ese hueco que quedó entre José Mayans y Lucía Corpacci reflejó también otra ausencia, la de Axel Kicillof, de cara a la construcción escénica de una unidad que este jueves ensayó un cronograma de reunionismo sectorial para alimentar un caldo de cultivo que tendrá su coronación el miércoles de la próxima semana, con lo que el peronismo orgánico espera organizar una masiva marcha para acompañar a la expresidenta desde su casa hasta Tribunales, donde quedaría formalmente presa.
La teatralización del respaldo defensivo a la exmandataria se cimentó sobre la presencia de referentes que, hasta ahora, caminaban en veredas distintas al cristinismo. Si bien el invitado estelar fue Sergio Massa, el líder del Frente Renovador que volvió a hablar con Juan Grabois, otro que entró en la sede partidaria; también se sentaron a la mesa Guillermo Moreno y el gobernador riojano Ricardo Quintela, quien intentó sin éxito competir con CFK en una interna por la conducción del PJ el año pasado. También como representante de otro sector peronista estuvo Alejandro Rodríguez, que acaba de lanzar la Corriente Federal Peronista.
Sin silla para Axel Kicillof
La no presencia del gobernador de Buenos aires tuvo, en la puerta de Matheu 130, diversas explicaciones. No faltó quien justificó que tenía otro compromiso (algo que en La Plata no decían); hubo quien intentó culpar a Mayans por convocarlo tarde; y el propio senador formoseño, a cargo de los pormenores partidarios, contó que lo invitó, pero a otra reunión a hacerse con gobernadores en día a definir (probablemente el martes, en la antesala de la caravana a Comodoro Py). Ese mismo argumento esgrimían en calle 6.
«No busquemos divisiones», pidió a la salida la senadora cristinista Anabel Fernández Sagasti. Poco antes, con ironía, un dirigente peronista se había preguntando quién había faltado. No había demasiada unidad de criterio.
La ausencia justificada de Kicillof, bajo el argumento de que los gobernadores tendrán otra cita en Matheu, parecía caerse con la sonrisa debajo del bigote de Quintela. El mandatario riojano no sólo se sentó al lado de Mayans para la foto, a metros de Massa, sino que se fue temprano con aviso: puntual, a las 18, contó que lo esperaba CFK en la casa donde espera cumplir la prisión domiciliaria.
Después quedó claro: Quintela fue invitado por Mayans no en calidad de gobernador, sino como presidente del PJ de La Rioja (y, además, para acrecentar la idea de que asistirían figuras ajenas al universo K). Las demás autoridades provinciales se conectaron a la cumbre por Zoom.
El calendario de la resistencia
Algo inédito: Massa llegó antes de lo previsto. En rigor, aunque parezca una contradicción, también llegó tarde. La reunión en el PJ estaba citada para las 16 y el exministro apareció pasadas las 17, cuando había avisado que lo haría media hora después. Lo hizo junto a Máximo Kirchner. Ambos, cada uno en una camioneta, fueron los únicos asistentes para quienes se abrieron las puertas de la cochera de Matheu. El resto entró caminando, sin distinción de cargos partidarios o electivos.
La cita en el PJ, la primera de varias que se prometen para los próximos días, fue un encuentro de cúpula. Para la militancia quedan reservadas la calle San José en Constitución y la zona de Tribunales. Como excepción a la regla, algún que otro curioso se acercaba a la guardia periodística para preguntar si llegaría CFK, pero se iba al escuchar un no como respuesta.
Desde el primer piso de la sede partidaria podía leerse el escueto cartel colgado en la vereda de enfrente que decía “Corte Corrupta, no jodan con Cristina”. Era la única señal de lo que se estaba ocurriendo dentro de Matheu 130.
Fue Teresa García, la senadora bonaerense 100% cristinista, quien reveló el cronograma que se viene de reuniones en el PJ: será invitada la CGT, intendentes, los gobernadores, la juventud peronista, más referentes de organizaciones satélites del peronismo. Moreno desplegó un análisis del estado de situación de la economía de Javier Milei, minutos después de que el INDEC fijara que la inflación de mayo fue de 1,5%, la primera vez en cinco años que el dato mensual comienza con un 1.
«Fue medio larguero», opinó un dirigente, que reveló que el propio Moreno contó que le habían pedido que hablara de economía y no de política.
De la fantasía de Grabois al 17 de octubre
A la salida, ante la prensa, cada entrevistado se encargó de negar que a puertas cerradas se hubiera hablado de algo parecido a una estrategia electoral. Pero alguien sí lo hizo: Grabois reiteró, primero en privado y después frente a las cámaras de TV, que el peronismo debía abstenerse de competir, a modo de denuncia del estado de la democracia bajo el gobierno libertario. «Nadie lo tomó en serio, no podemos regalarle el 100% del electorado a Milei», reflexionó un dirigente peronista que, además, argumentó que lo que pone en juego el dirigente social es muy distinto a lo que arriesgan los gobernadores.
El peronismo se declaró en estado de «alerta y movilización”, pero la cumbre en Matheu también sirvió para transmitir una bajada de línea de cómo actuar orgánicamente para acompañar la estrategia jurídica de CFK. Por lo bajo, una dirigente cristinista reveló que la sospecha es que, para obtener una foto de la exmandataria detenida, la Justicia podría no aceptarle en un primer momento la prisión domiciliaria. «Pueden dejarla presa unos días antes de enviarla a la casa», especuló.
Por eso, el cristinismo apuesta a un masivo acompañamiento popular, dos días después del aniversario del bombardeo a Plaza de Mayo contra Juan Domingo Perón en 1955. Es otra efeméride que sueñan reeditar, si bien nadie se anima a decirlo en voz alta: un 17 de octubre para Cristina.
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