A pocas horas de conocer al próximo presidente de los Estados Unidos, los resultados de las elecciones podrían definir los nuevos caminos para la política exterior de Argentina bajo la administración de Javier Milei. La Casa Blanca, ya sea con el republicano Donald Trump o la demócrata Kamala Harris, tendrá efectos estratégicos y económicos para el país sudamericano, cuyos líderes deberán ajustar su diplomacia en función de los resultados.
¿Qué representa un triunfo de Donald Trump?
Para Milei, la victoria de Trump sería, en muchos aspectos, una oportunidad política. Ambos comparten posiciones ideológicas en torno a temas como el rechazo al multilateralismo y la crítica a la Agenda 2030 de la ONU. Esta afinidad podría facilitar que Argentina logre una buena relación con la Casa Blanca, especialmente en aspectos financieros y comerciales. La administración de Milei, por ejemplo, podría encontrar en Trump un aliado clave para las renegociaciones de la deuda con el FMI. Si Trump respalda a Argentina en estas gestiones, el país podría recibir condiciones más flexibles para enfrentar sus compromisos con el organismo.
Sin embargo, Trump podría optar por un enfoque proteccionista para estimular el mercado interno de EE.UU., lo que no beneficiaría a Argentina. Este posible giro en su política económica, priorizando el consumo y producción nacional, iría en contra de la visión libertaria de libre comercio que Milei promueve. En ese sentido, mientras la sintonía entre ambos líderes puede ser útil, el riesgo de una política económica proteccionista puede limitar la relación comercial entre los dos países.
Kamala Harris: un enfoque pragmático y multilateral
Si la actual vicepresidenta Kamala Harris llega a la Casa Blanca, la relación de Argentina con EE.UU. podría tomar un tono más pragmático que ideológico. Harris tiene una política exterior orientada al multilateralismo y la cooperación internacional en temas como el cambio climático, derechos humanos y el desarrollo sostenible. Aunque estos enfoques distan de la agenda de Milei, quien es crítico del cambio climático y sus políticas, la diplomacia argentina podría mantener los canales abiertos gracias a los vínculos ya cultivados con la administración demócrata de Biden.
Un gobierno de Harris podría también favorecer inversiones en sectores energéticos y ambientales, como el hidrógeno verde y el litio, que son áreas de interés global para EE.UU. Este escenario podría ser beneficioso para Argentina, aunque no exento de desafíos, ya que la prioridad de Milei está en el sector hidrocarburífero, un ámbito menos impulsado por los demócratas.
Para Argentina, cualquiera de los dos resultados implicará ajustes estratégicos y económicos. En términos geopolíticos, Milei, en caso de un triunfo de Trump, podría ver una consolidación de su liderazgo en la región, especialmente si decide alejarse de China, una movida que podría repercutir en el comercio con el gigante asiático y otros socios clave como Brasil. Por otro lado, con Harris en el poder, Milei deberá optar por una postura pragmática que permita sostener el apoyo financiero y diplomático de EE.UU., al mismo tiempo que equilibra los desafíos multilaterales y ambientales promovidos por los demócratas.
Diario Huarpe