El premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel visitó el espacio de memoria Cementerio de General Lavalle. Es un lugar especial para titular del Servicio Paz y Justicia porque allí fueron fueron enterradas como NN las víctimas de los vuelos de la muerte, entre ellas las Madres de Plaza de Mayo Azucena Villaflor, Ester Ballestrino de Careaga y María Ponce de Bianco, y la monja francesa Leonie Duquet. «Esas mujeres que se enfrentaron a la dictadura militar dieron su vida para dar vida, ese legado nos obliga a seguir luchando por la memoria, la verdad y la justicia», aseguró Pérez Esquivel a través de sus redes sociales.
Pérez Esquivel dijo que «son las nuevas generaciones quienes continúan ese legado en este espacio de memoria que se creó a partir de un trabajo de Jóvenes y Memoria, y que desde la Comisión Provincial de la Memoria acompañamos». También dijo que «hacía mucho tiempo que deseaba venir a conocer el espacio, y lo hice junto a mi amiga Ana María Careaga, en el lugar donde estuvo enterrada como NN su madre. Un recorrido lleno de recuerdos, de historias de lucha y solidaridad. Que la memoria nos siga iluminando el presente».
Por último afirmó que «este gobierno quiere negar lo que es innegable, beneficiando a los represores, trasladando a Campo de Mayo, como privilegio a aquellos que cometieron atrocidades. Aquí vemos los rostros de muchos que dieron la vida para dar vida, de las religiosas, hombres y mujeres que lucharon por una país mejor».
Pérez Esquivel luego se dirigió a la Universidad Atlántida donde le entregaron la distinción del título Doctor Honoris Causa que se le otorgara por iniciativa del Instituto de DDHH que dirige Careaga.
Página12
