“Para un peronista no puede haber nada mejor que otro peronista”, es lo que dice la sexta verdad del peronismo. Pero parece que no estarían picando en punta dentro del movimiento las verdades que alguna vez definió el General. Al menos, es lo que se desprende de la postal que dejó la marcha del pasado miércoles 18 de junio en apoyo a Cristina que se hizo en la plaza 25 de Mayo. De los 13 intendentes que ganaron con el sello del PJ en las elecciones pasadas, ninguno pasó por la marcha. Tampoco el presidente del PJ, Juan Carlos Quiroga Moyano, ni la mayor parte de los legisladores que forman parte del bloque cuya máxima autoridad nacional es Cristina. El chimbero Fabián Gramajo pegó el faltazo, también el lanzado candidato a diputado nacional Cristian Andino. La plana mayor tampoco tuvo plena presencia en Buenos Aires, solo contadas excepciones entre las cuales se encuentra el apoyo vía redes del ex gobernador Sergio Uñac y el presencial de la senadora camporista Celeste Giménez. El dirigente de peso que marchó en San Juan en apoyo a CFK fue José Luis Gioja, que se prepara para pedir la autorización ante la Justicia y visitar a Cristina en su casa de Constitución.

Desde la casona de calle 25 de Mayo se hizo lo políticamente correcto. Antes de conocerse la sentencia a Cristina por la causa Vialidad, convocaron a una reunión en el PJ. Siguieron por la tele lo que iba pasando hasta que fue confirmada la condena a prisión. Hubo quienes le esquivaron a la foto, como es el caso de Andino, nunca muy cómodo dentro del peronismo kirchnerista, aunque haya compartido boleta en el 2011 con la dos veces ex presidenta y posteriormente en el 2019. Para la marcha nacional, mandaron militantes en colectivos a Buenos Aires para apoyar a la líder peronista. Pero los pibes fueron solos. Quiroga Moyano –quien llevó tres veces a Cristina Fernández (2007, 2011 y 2019) en su boleta- y compañía decidieron saludarlos cuando los choferes ponían primera y partían con la militancia a la nutrida marcha en territorio porteño.

Con los 13 intendentes del peronismo se replicó el ausentismo. Armaron una agenda nutrida para el miércoles 18. Y se encargaron de difundir en sus redes sociales todo lo que hicieron durante esa jornada. Casi como gritando: ausente, pero justificado. Mejor una foto entregando certificados que ser parte de cualquier actividad con olor a Cristina. Desde que asumieron en diciembre del 2023, hay algunos convencidos que van a poder pescar votos en los cardúmenes de la derecha argentina. Fuentes en off confirmaron que fue una especie de acuerdo tácito no ir, no era necesario decirlo, sino que bastó con compartir encuestas sobre la mirada de los sanjuaninos a la condena a la ex presidenta.

La bancada peronista más identificada con el uñaquismo también pegó el faltazo a las marchas. A contramano de la línea de acción de su propio líder, que viene votando en sintonía con el kirchnerismo, incluso en contra del RIGI en la recordada sesión del año pasado. Es más, se lo pudo ver a Uñac acompañando a Cristina en la sede del PJ días previos a que se conozca la decisión de la Corte Suprema de Justicia.

Los otros grandes ausentes en la marcha en apoyo a Cristina fueron los sindicalistas sanjuaninos (excepto Jaime Barcelona, de Adicus) que supieron coincidir con el kirchnerismo e incluso ir en boletas que llevaban a Cristina como candidata a presidenta. Uno de los que salió a hablar y a marcar distancia en la previa fue el secretario general de la CGT y también diputado, Eduardo Cabello. El hombre dijo que iban a acompañarla, pero “hasta la puerta del cementerio”.

El mensaje del uñaquismo parece ser distinto dependiendo el territorio en el que esté: en la hostil Cámara de Senadores, Uñac ahora es súper K y cercano a Wado De Pedro y a José Mayans, dos fieles soldados de Cristina; en San Juan, muchísimo más lejos de la estampita kirchnerista y lejos de los reflectores públicos.

A otro que no le queda cómodo el kirchnerismo es al dirigente Mauricio Ibarra y, por ende, al círculo que asesora y acompaña. Nadie dijo presente en la marcha. Hubo silencio de misa hasta del intendente Carlos Munisaga, que no participó tampoco en la marcha. Recientemente, poniendo distancia empírica, el rawsino pasó por Paren las Rotativas y dijo que la candidatura de Cristina –que no fue- era la abdicación del proyecto nacional. Es más, viene proponiendo una construcción provincial del justicialismo, pero por fuera de la órbita kirchnerista.

José Luis Gioja fue el dirigente de más peso que dijo presente en la plaza 25. Fue con su hermano Juan Carlos y los dos legisladores electos de confianza: Graciela Seva, vicepresidenta del PJ y Mario Herrero. Que Gioja piense como Cristina, está muy lejos de ser una verdad. Pero Gioja se viene quedando con la representación kirchnerista en el imaginario popular, representación que no mide como en tiempos de gloria pero que aún pesa dentro del votante peronista.

La flaca marcha made in San Juan ofreció una postal distinta en Buenos Aires. Hubo más sanjuaninos apoyando a Cristina en Capital Federal que en la tierra del buen sol y del buen vino. La Cámpora dijo presente como también los militantes de Patria Grande, que conduce a nivel nacional Juan Grabois y en San Juan tiene como referente a Eduardo Camus.

Los movimientos del peronismo sanjuanino apuntan cada vez más a un proceso de desperonización, entendiendo al peronismo como el movimiento popular que tiene como principal figura a la dos veces presidenta Cristina Fernández de Kirchner. En la heterogeneidad propia del PJ, la potencia de CFK como principal referente no es objetable. No es un caso aislado San Juan. El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, intentó generar una propuesta con su sello y hasta instó a tocar nuevas melodías. Siguiendo esa lógica, desdobló las elecciones provinciales de las nacionales. Hubo conflicto, que quedó en stand by por la confirmación de la sentencia y la prisión a Cristina. El choque con Axel tuvo un antecedente: la disputa por la presidencia del PJ entre Cristina y el gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela, cuya lista fue rechazada y terminó no pudiendo presentarse en los comicios internos.

Los resultados de desperonización no le han dado triunfos al peronismo en las elecciones que enfrentó recientemente. Muy por el contrario, han tenido performances muy por debajo de los números que supieron ostentar antes del fenómeno Milei. Pudo verse el otrora K Leandro Santoro cambiando el azul tradicional de Unión por la Patria por el verde. No hubo rescate de logros pasados. Apostaron solo a la polarización con La Libertad Avanza. Salieron segundos, pero con la derecha dividida en cuatro partes como rival.

El próximo desafío electoral que enfrentará el peronismo serán las elecciones legislativas de octubre. Por primera vez en 22 años será oposición en la provincia y en el país. Por el momento hay tres anotados: Andino, que apuesta a cosechar votos entre peronistas y no tanto; Gioja, cuya base de sustentación es esencialmente peronista y Gramajo, quien fiel a su estilo no ha descartado ni aseverado que luchará por un espacio en la boleta.

TSJ