José Mayans y Juan Carlos Romero iniciaron un juego de pinzas sobre los libertarios en el Senado para impulsar el tratamiento de los proyectos para ampliar la Corte Suprema y la Auditoría General de la Nación (AGN). El objetivo sería llevar la integración de cuatro a siete miembros en el Palacio Talcahuano y de tres a cuatro auditores por cámara en el ex Tribunal de Cuentas.
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Después del fracaso de los opositores en la Cámara Baja, Mayans y Romero volvieron a la carga en el Senado, complicando la hoja de ruta de Menem. Esa confluencia no es casual: los senadores que conduce el salteño junto al correntino Carlos «Camau» Espínola tienen contacto directo con Santiago Caputo, enfrentado con Karina Milei pese a las pretensiones de Casa Rosada por disimular la disputa.
Es tan difícil imaginar que el PJ resigne esa posición de poder que, aún con la parálisis, desde el cristinismo se preguntaron: «para qué cambiar, si así estamos bien». Desde el peronismo, sin embargo, señalaron a LPO: «Todas las negociaciones son válidas, y Milei entiende que, cediendo, no va a tener que dar mayores explicaciones de sus ‘macanas'».
Por otra parte, la UCR comunicó por nota a la Presidencia del Senado que pretendía reemplazar al jujeño Alejandro Nieva en la AGN por el también formoseño Luis Naidenoff. Ese movimiento terminaría de cerrarle el paso al expediente de Menem: los principales bloques del Senado ya dieron muestras de atrincherarse por sus representantes pero este sábado una senadora al tanto de las negociaciones dijo a LPO que, ante las trabas en Diputados, los radicales de la Cámara Alta podrían pedir su lugar en la Auditoría para Negri. Sería una decepción para Naidenoff, a quien se lo ha visto despachar en una de las siete oficinas extra que administra la UCR en el Senado pese a que no es legislador.
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