Luego de que los médicos residentes del Hospital Garrahan ratificaran el paro por mejoras salariales, el Gobierno nacional adoptó una postura más dura. Este viernes 30 de mayo, desde el Ministerio de Salud advirtieron que “se descontarán los días de huelga” a quienes participen de las medidas de fuerza y que si superan las cinco faltas consecutivas “quedarían automáticamente desafectados, como sucede con cualquier empleado de la Administración Pública Nacional”.

Además, los funcionarios deslizaron una advertencia directa: “Están frente al peligro de perder o desaprobar la residencia, lo que extendería su colación final como profesional”. Pese a los reclamos por sueldos bajos, aún no se presentó una propuesta de recomposición salarial concreta.

En un acto frente al hospital, los residentes reafirmaron su posición: “Seguiremos firmes. La decisión de continuar con las medidas de fuerza se basa en la falta de propuestas concretas y la experiencia con acuerdos incumplidos”, dijeron, recordando un aumento firmado y anulado por el exministro Mario Russo.

El presidente Javier Milei también se refirió al conflicto en una entrevista reciente: “La situación la han politizado… ¿usted está de acuerdo con que haya ñoquis que le filtre los recursos a gente que no trabaja? Empleados administrativos dibujados por el kirchnerismo”, expresó. La estrategia oficial parece ahora reforzar esa narrativa, enfocándose más en “purgar la política del hospital” que en atender los reclamos laborales.

Desde Salud anunciaron que se trabaja en equiparar ingresos con los residentes de CABA, pero sin plazos claros. En paralelo, señalaron que “todo ahorro que se genere de la eficiencia del hospital irá al personal sanitario”, aunque parte se destinará también a infraestructura y camas.

Diario Huarpe