En medio de la carrera electoral porteña, Jorge Macri agitó las aguas con duras críticas a su antecesor Horacio Rodríguez Larreta. En una entrevista con Eduardo Feinmann en Radio Mitre, el actual jefe de Gobierno acusó al exalcalde de haber perdido el «pulso de la Ciudad» tras su frustrada carrera presidencial, y le reprochó decisiones clave de su gestión, como la suspensión de la cárcel de Marcos Paz o el aumento del empleo público. Desde el entorno larretista acusaron recibo: interpretaron sus declaraciones como un «golpe bajo».

“El año y pico que se fue de viaje más los dos años anteriores que se dedicó a querer ser presidente, le hicieron perder el pulso de lo que pasa en la Ciudad”, lanzó Macri. La frase cayó como un misil en las filas de quienes todavía responden a Larreta, que intenta reacomodarse en la escena política tras su paso en falso por la interna de Juntos por el Cambio: efectiva su crítica «hay olor a pis», que fue levantada hasta por los libertarios. 

Del pis a llanto: las quejas del larretismo tras la respuesta de Jorge Macri

La entrevista ocurrió al día siguiente del debate entre candidatos a legisladores porteños, donde también quedó en evidencia el reordenamiento del PRO. El debate, transmitido por el Canal de la Ciudad, dejó varias lecturas internas. Para Jorge Macri, la única que estuvo a la altura fue Silvia Lospennato, candidata del PRO, a quien felicitó en redes sociales con un tuit entusiasta:

«¡Qué tremenda candidata tenemos en la Ciudad! Felicitaciones @slospennato, la rompiste en el debate. Claridad, firmeza y mucha convicción para defender las ideas que compartimos. Se nota el compromiso y las ganas de transformar la Ciudad con hechos. Orgullo total verte representar con tanta fuerza los valores del PRO. #EsConElPRO»

Macri contrastó esa performance con la de otros postulantes, a los que acusó de concentrarse en «mucha chicana y poca propuesta». Y no ahorró dardos hacia Larreta, al que también responsabilizó por haber dejado inconclusa la cárcel de Marcos Paz: “Devoto sigue teniendo una cárcel porque Horacio suspendió Marcos Paz. Hoy no tendríamos detenidos en comisarías ni alcaidías si esa obra estuviera terminada”.

Horacio Rodriguez Larreta

Emmanuel Ferrario, candidato a concejal porteño y figura cercana a Larreta, reaccionó a la entrevista con un mensaje en redes sociales en defensa de su referente, acusando a Macri de burlarse de los temblores que aquejan al ex alcalde:

“Jorge tocó fondo. Lo más bajo posible. Temas personales”.

Desde el entorno de Jorge Macri no dejaron pasar esa interpretación. En diálogo con este medio, una fuente cercana al jefe de Gobierno retrucó:

“Una interpretación antojadiza de Emanuel… no tuvo ni ahí esa intención Jorge”.

Mientras tanto, dentro del propio oficialismo porteño, se destacó la performance de Lospennato, celebrada no solo por Macri, sino por el núcleo más duro del PRO. Se la describió como “sólida, conocedora de la Ciudad, enfática con las propuestas y sin caer en polémicas innecesarias”, diferenciándose del tono agresivo del resto.

Silvia Lospennato

El debate también dejó una conclusión política de fondo: el PRO aparece como el único espacio con capacidad real de frenar al kirchnerismo en la Ciudad, mientras que los libertarios no lograron consolidarse como alternativa local. El vocero presidencial, Manuel Adorni, intentó nacionalizar el debate y se presentó más como emisario de Javier Milei que como representante porteño, algo que le restó identidad frente al electorado capitalino.

En ese marco, se instaló una polarización clara entre Silvia Lospennato y Leandro Santoro: dos modelos enfrentados que representan, según el discurso macrista, “el hacer y gestionar” frente a “prometer y no cumplir”. Esa línea discursiva busca reforzar la idea de que la Ciudad necesita continuidad y solvencia administrativa, no apuestas ideológicas o improvisadas.

A la vez, el paso de Horacio Rodríguez Larreta por el debate fue considerado «irrelevante». Varios dirigentes señalaron que quedó “completamente desdibujado”, con un discurso centrado en su figura (“yo hice”, “yo propuse”) y una ambigua intención de volver a ser jefe de Gobierno, cuando en realidad se disputan bancas legislativas. Esa ambición fue leída como un gesto de revanchismo mal calculado, nacido más de la frustración que de una estrategia política clara.

 

por R.N.

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