El actor Ricardo Darín buscó saldar la discusión que se generó alrededor de un fragmento de sus dichos en el programa Mirtha Legrand, sobre el precio de las empanadas. “No es una metáfora, pero es una referencia, nada más. Por supuesto que hay empanadas que cuestan menos, averigüé y también hay unas que cuestan más, pero eso es anecdótico. No es lo que importa. Que los precios están elevadísimos eso es una realidad, lo vemos todos”, advirtió en diálogo con Juan Pablo Varksy, en LN+.
Darín mencionó al azar el valor de una docena de empanadas mientras reflexionaba sobre la medida del Gobierno para fomentar que la gente saque “los dólares del colchón”. “¿De quién están hablando en ese sentido?“, analizó el actor y añadió: ”Hay algo que no cierra. No comprendo de lo que hablan. Hay gente que la está pasando muy mal”.
En ese contexto, sostuvo que no entendía quiénes eran los que tenían los dólares cuando el precio de una docena de empanadas es de $48.000. Esa frase fue levantada por el ministro de Economía, Luis Caputo, quien dijo: “Terrible lo de Darín. Una sorpresa. Es un tipo que aprecio. Y perdón por la sinceridad, pero me dio vergüencita ajena. Se quiso hacer el nacional y popular y dijo una estupidez que todavía lo están gastando en las redes”.
Este lunes, con Varsky, Darín se explayó sobre el punto en discusión: “Que los precios están elevadísimos es una realidad. No es discutible. Después que estemos todos dispuestos a aguantar, a esperar, a ver cómo siguen las cosas y demás, es otro tema. Tampoco te podes hacer el tonto y mirar para otro lado. Lo vemos todos a diario».
Y consideró que enseguida que alguien dice algo que pueda “herir las susceptibilidades”, desde el oficialismo “te salen a atacar. Eso sí me parece grave. Me parece más grave que los precios”.
“A mí lo que me sorprende es la cantidad de gente que habla sin saber”, precisó y aludió a los trolls de la red social X. “La pregunta es qué hace alguien detrás de una computadora las 24 horas”, afirmó.
Más adelante, en la entrevista, Darín reflexionó respecto del impacto que tuvieron sus dichos: “No me molesta el aluvión de críticas. Me sorprende en todo caso la cantidad de gente que habla sin saber, que se pone a decir cosas, sacar conjeturas, agraviar gratuitamente y ponerte epítetos, calificativos. Me gusta cuando hablo con gente educada, con buena onda. El problema son los odiadores profesionales”.
“Ahora me dicen que soy kuka, zurdo, usan calificativos que ellos creen peyorativos y la verdad que no se ajustan para nada a la realidad. Son un pensamiento en voz alta al que se abrazan muchas más personas”, analizó.
Sobre el final del diálogo televisivo, el actor insistió en no tener nada que esconder. También reconoció que no busca “echar leña al fuego”: “No me interesa. Mirá si yo voy a entrar en disputa con el Gobierno. ¿Qué tengo que ver yo? No hay que fogonear cosas que no ayudan a la unión de los argentinos. Hay que desacralizar estas cosas y tener un poco la tranquilidad de saber que vivimos en democracia y la libertad de expresión es muy importante».
“Tenemos que mirar en la misma dirección. Esto no significa pensar igual. Pero lo ideal tendría que ser que queramos hacer un país grande como se lo merece. Es un país grande lleno de gente calurosa, cálida y amable. Nos merecemos vivir en un país donde las cosas nos hagan sentir orgullosos”, concluyó.
Durante su paso por La Cornisa (LN+), el titular del Palacio de Hacienda opinó: “Terrible lo de Darín. Una sorpresa. Es un tipo que aprecio. Y perdón por la sinceridad, pero me dio vergüencita ajena. Se quiso hacer el nacional y popular y dijo una estupidez que todavía lo están gastando en las redes”.
Más adelante, relativizó la cifra mencionada por el actor y sugirió que, en todo caso, corresponde a un consumo en locales exclusivos. “Todo bien si él puede comprar empanadas en lugares más caros. Pero no valen eso, Ricardito. Es como que mañana vayas a Porsche y le digas a Mirtha: ‘Los autos salen US$200.000’”, ironizó.
El funcionario concluyó con una chicana: “Quedate tranquilo, Ricardo, que la gente come empanadas ricas por $16.000. Me alegro de que él pueda comer las más caras. Pero decir que las empanadas valen eso, no”.
La Nación