El que suscribe, Carlos Ernesto Ferrer, ciudadano argentino, mendocino, abogado, presidente de la Cámara de Servicios Mineros Mendoza (CASEMMZA), en este caso por mi derecho y a título personal, respetuosamente y conforme a su investidura, me presento y le digo:
Que, como Ud. sabe y es de público y notorio conocimiento, el que suscribe, así como la institución que represento, de la cual soy a la fecha presidente, siempre hemos apoyado la industria minera y su desarrollo, siempre hemos acompañado a los gobiernos de turno que, desde Cobos, artífice de la Ley 7722, hasta la fecha, fueron antimineros, solo con dos excepciones: una configurada por el papelón jurídico del exgobernador Suárez con la ley 9209, que quedará en los anales de la historia como una ley de la legislatura impulsada por el nombrado que duró siete días, y la segunda, su decisión actual de poner sobre la mesa la minería como actividad esencial para nutrir la matriz económica de Mendoza. Siempre estuvimos presentes con nuestra voz en todos los foros, en los medios periodísticos, en jornadas, congresos, talleres donde nos convocaban y donde podíamos alzar la voz avalando el progreso de Mendoza y el desarrollo de la noble industria. Pero, Sr. Gobernador, por responsabilidad exclusiva y excluyente de los gobiernos que padecimos, todas fueron frustraciones, pero no solo para nosotros, sino para el ciudadano mendocino que desde hace más de una década vive cada día un poco peor.

Digo antimineros porque los gobiernos anteriores que padecimos, los mendocinos peronistas y radicales, así lo fueron y con todas las letras. Ser minero es otra cosa: es jugarse por una industria lícita, es pagar el precio político que sea necesario, es convocar a los que saben para el armado de instrumentos legales sólidos, jurídicos, constitucionales y útiles, es fortalecer los órganos de promoción y control, es comunicar incansablemente, las ventajas de la industria minera, sus beneficios económicos, laborales y sociales, cosa que lamentablemente nunca hicieron.
Fueron antimineros porque hasta la Suprema Corte de Justicia avaló esa impronta antiprogreso dictando fallos que tenían más olor a comité que a sólida justicia, con una fuerte influencia política partidaria y electoralista que no pensaba en la gente ni en las empresas y que solo tenía en cuenta cuántos votos se perderían o ganarían. Siempre alzamos nuestras voces contra el injusto trato a la industria minera, inclusive contra Ud. durante la época en que era antiminero.
Fueron antimineros porque desarmaron y desfinanciaron ex profeso la Dirección Provincial de Minería y, para terminar, porque todos quisieron quedar bien con Dios y con el diablo. Y Sr. Gobernador, en la vida real, salvo en la política, no se puede estar con ambos, hay que elegir uno de los dos.
Como dije, siempre acompañamos a los gobiernos de turno, a los cuales les gustó mucho el discurso partidario y poco la acción real. Acompañamos al nefasto gobierno de Pérez y sus funcionarios que, durante cuatro años, nos mintieron descaradamente. Acompañamos durante su primer gobierno, durante seis meses, el Espacio de Diálogo Minero en la UNC, comandado por el Ing. Guiñazu, que nos prometió que saldría de allí la matriz minera para los próximos 20 años, otra mentira y otra frustración que desembocó, como era de esperar, en la frutilla del postre durante el gobierno de Suárez, también comandada por el mismo benemérito Ingeniero Guiñazu. Me refiero a la peor catástrofe jurídica de Mendoza con una ley galardonada en Guinness por tener el récord de duración, como dije, ni más ni menos que siete días. Probando una vez más que cuando los procesos se instalan mal y con soberbia extrema, los resultados siempre salen mal.

Pero vayamos al hoy, y como la esperanza es lo último que se pierde, aquí sigo y seguimos estando para aportar lo que sabemos, nuestra experiencia de décadas. Para ser justo, en primer lugar celebro y lo felicito porque en los últimos meses haya tomado la decisión política de instaurar la idea de desarrollar la industria minera en Mendoza, que sin dudas retroalimentará su matriz productiva mendocina que tan vapuleada y quebrada está.
No sin antes lamentar que no lo haya hecho desde su primer gobierno, lo cual hubiera evitado este bache de diez años durante los cuales podrían haber ya terminado las exploraciones de más de cien derechos mineros, de los cuales podrían estar muchos viabilizados y tramitando su DIA de explotación o ya aprobada. También podríamos tener cuatro o cinco proyectos con DIA de explotación y dos o tres operando ya. Habría coadyuvado, en definitiva, para mejorar la calidad de vida de los mendocinos, reducir la pobreza, aumentar los salarios promedio de policías, docentes y médicos y del hombre común que hoy se encuentran al borde o bajo la línea de la pobreza.
A pesar de lo dicho, pongo en valor su decisión al respecto, lo vuelvo a felicitar por haberlo hecho, porque como dice el dicho popular, más vale tarde que nunca.
Ahora hay que ver cómo haremos minería, de qué forma, en qué marco legal, con compliance o sin, con transparencia o sin, con derrame a las cámaras y técnicos que saben o sin, con los mejores o con los amigos del poder, con relato o con hechos concretos, con humildad o con soberbia, con o sin discriminación, con proscripción de actores mineros o sin, con control real o controlándose a sí mismos con los eunucos del poder. Todo esto no es menor, Sr. Gobernador. El producto que diseñemos será para los próximos 30 años. Haga una raya recta y convoque a los que saben para que el producto sea de excelencia. La visión crítica en un marco de buena fe y humildad enriquece el producto final. Tenga, Sr. Gobernador, el acto de grandeza que merecemos los mendocinos, integrándonos a todos, sin distinción de ideas, filosofías ni rencores, multiplicando fuerzas en pos de un objetivo colectivo superior y en pos de abuenarse con la sociedad.
También veo con beneplácito que se haya realizado la cumbre minera en la provincia de Mendoza, pero lamento profundamente que la participación en ella, cuando uno de los ejes de la cumbre es la participación ciudadana y vinculación con las comunidades, haya sido rentada desde 50 a 25,000 USD para ser participantes auspiciantes, etc., inaccesible para profesionales jóvenes, actores de la comunidad ciudadana, emprendedores interesados en la industria minera y en conocer los actores mineros, en conocer el potencial minero mendocino, interesados en las disertaciones, etc. Muchos no pudieron concurrir, discriminados por tener que pagar una membresía tan elevada. Esto restringe la participación, el acceso a la información y le hace muy mal a la industria minera.
Lamento también que las invitaciones a participar hayan sido a dedo y hayan quedado afuera actores calificados y cámaras prominentes por el solo hecho de no estar cerca o no ser obsecuentes con el poder.
Es un común denominador en su gobierno, Sr. Gobernador, que en materia minera, los que no piensan como Ud. y emiten alguna crítica, la cual debería ser tenida en cuenta y considerada constructivamente, tomándola o descartándola según sea beneficiosa o no para la industria y la provincia, luego de un profundo y objetivo análisis, sean discriminados.
Lamentablemente, Sr. Gobernador, esto ocurre en su gestión. Los que osan emitir alguna crítica son discriminados y considerados parias y marginales, y los obsecuentes que le dicen lo que Ud. quiere escuchar pasan inmediatamente a pertenecer a su equipo como fanáticos escuderos feudales, aunque, y no nos engañemos, por la expectativa de obtener alguna licitación, contrato, conchabo, trabajito o beneficio similar.
Las observaciones y críticas de los que saben Ud. debe considerarlas, Sr. Gobernador, porque son vertidas de buena fe y por el bien de la industria minera, digo, y me refiero, que perfeccionado el producto, tomadas la críticas, que se derramen sus bondades de la industria sobre toda la comunidad y no para beneficiar a cuatro o cinco y/o a un par de empresas fantasmas.
Uno de los pilares y objetivos, reitero, de la cumbre minera en Mendoza fue la vinculación con las comunidades en sentido amplio. Me refiero a las personas físicas, jurídicas, empresas, cámaras, justamente para captar lo bueno de las críticas y para obtener un producto mejor. La soberbia de un gobierno y de sus funcionarios sin autonomía intelectual propia, que responden a un verticalismo a ultranza, no suma, claramente resta y le hace mucho daño a la industria minera.
Otro de los pilares de dicha cumbre minera fue la transparencia. ¡Qué señor concepto! Indispensable en la gestión minera, absoluto e infranqueable, marco de toda gestión, pública y privada. Dicho concepto genera confianza en la comunidad, genera seguridad jurídica porque desde el más humilde ciudadano hasta la más grande empresa nacional e internacional saben fehacientemente lo que está pasando de verdad, cómo se gastan los dineros públicos, cómo se administran los bienes del Estado, es decir, saben el verdadero estado de situación y les genera tranquilidad y previsibilidad.
Ahora bien, Sr. Gobernador, aplicado lo dicho al tema que hoy nos ocupa, “la Industria Minera”, cuando el ciudadano no puede saber qué inventarios de bienes y dinero dejó Potasio Río Colorado al Estado, cuándo no puede saber en qué Impulsa Mendoza gasta los 30 millones de dólares que dejó Vale, cuándo no se sabe el uso que le dan a infraestructura millonaria que ingresó al país mediante las ventajas de la ley de promoción minera, cuándo no sabe cuál es la remuneración, alta por cierto, de los ejecutivos de Impulsa, cuándo no sabe cuál fue la operación financiera realizada y su costo para transferir Potasio al Grupo Manzano, cuándo no sabe cuántos miles de dólares se gastan en las giras internacionales con comitivas multitudinarias, cuándo no sabe dónde fueron a parar o se trasladaron maquinarias millonarias que había en el sitio donde se enclavó el proyecto Potasio, cuándo no sabe cuánto cuentan las contrataciones con consultoras y bancos (como UBS para buscar un inversor mundial para PRC, que a final de camino estaba sentado en un banco de la plaza de Chacras de Coria), cuándo el ciudadano no sabe por qué decenas de derechos mineros terminan mágicamente dentro de una sociedad fantasma ligada al Estado. En suma, cuando el ciudadano no sabe nada de lo dicho, le genera inseguridad, desconfianza, sospecha y fundamentalmente descreimiento en la industria minera. Luego le hace daño a la actividad y espanta a inversores de nivel mundial porque no están acostumbrados a esto, dado que para ellos la transparencia y el compliance son conceptos y pilares intocables.
Sr. Gobernador, la minería para cuatro o cinco, la minería donde controlante y controlado sean los mismos y están en los dos lados del mostrador, la minería sin transparencia, la minería donde el compliance es un florero de adorno y no un concepto fundamental, la minería soberbia sin participación de los que saben, la minería con organizaciones gubernamentales que informan tarde, mal y nunca, como Ética Pública e Investigaciones Administrativas, le hace mucho daño a la Industria Minera. La minería con topos gubernamentales, dobles agentes infiltrados en las organizaciones intermedias con el objetivo de neutralizar las críticas y cooptar las organizaciones para fidelizarlas y callarlas, le hace mucho mal a la industria minera.
Sr. Gobernador, todavía está a tiempo de corregir estos gravísimos defectos en el modelo minero para Mendoza. Le pido humildemente, a título personal y en representación de mucha gente, jóvenes interesados en minería, técnicos capaces, emprendedores de verdad, actores experimentados y muchas empresas que quieren minería veraz y seria, que instaure efectiva y no declamatoriamente el compliance.
El cumplimiento de las normas es fundamental para la confianza y seguridad del inversor extranjero. Le pido que desactive esos nichos oscuros de negocios con olor a podrido, non santos, que el ciudadano, el industrial y el proveedor detestan y padecen desde hace décadas.
Le pido que desactive los topos y dobles agentes que juegan a cooptar, debilitar y dividir las organizaciones. Debemos estar todos unidos, sin banderas políticas.
Le pido desarmar sociedades paralelas no creadas por Ud., pero que pululan y solo hacen negocios chiquitos para ellos en una mesa de café y no para el ciudadano mendocino y que desacreditan fuertemente la industria minera.
Le pido que circunscriba el rol del Estado exclusivamente a un fuerte control y promoción de la actividad minera. Este no puede ser un actor competitivo desleal con las empresas privadas ni un intermediario en las transacciones entre privados, como tampoco directamente o por interpósita persona, dueño real de los recursos naturales mineros y de la minería toda en la provincia de Mendoza.
Le pido abra y derrame la minería a todas las personas e instituciones y no solo a personas, empresas y organizaciones afines y obsecuentes a su gestión. Los obsecuentes y aplaudidores no aportan nada al bien común, solo buscan su interés personal a cualquier costo.
Para ir terminando, Sr. Gobernador, estoy seguro que lamentablemente, está muy mal asesorado. No puede Ud., conociéndolo desde hace décadas y considerándolo un político hábil e inteligente, cometer estos garrafales errores, que son, como dice el adagio popular, pegarse un tiro en el pie.
Espero, Sr. Gobernador, que tome mis consideraciones, que son las de muchos, más de los que Ud. imagina. Hágalo no por mí, sino por Mendoza, para que la historia lo recuerde no solo como alguien que gobernó y acumuló mucho poder, sino como alguien que instauró una minería sana, sustentable, transparente, participativa, compartida con todos, y que beneficie no a unos pocos, sino a todos los mendocinos.
Dr. Carlos Ferrer
Abogado
Mat. 3540
MDZ