El 7 de octubre de 2023 cientos de terroristas palestinos de Hamás, ingresaron a tierras de Israel y llevaron adelante lo que sería la mayor masacre de judíos en un solo día desde el fin del Holocausto. El ataque dejó un triste saldo de más de 1.200 personas muertas y 251 secuestradas y llevadas en cautiverio a los rincones y madrigueras de Gaza, nido de Hamás. Hoy, un año después, miles de judíos (y no judíos) alrededor del mundo llevaron adelante un acto en conmemoración de aquel terrible día.
En una jornada desgarradora y emocionante, alrededor de 10.000 personas se hicieron presentes en el barrio de Villa Crespo para pedir por la liberación de quienes siguen secuestrados en Gaza y para recordar aquellas almas que dejaron su cuerpo aquel día del terror.
Una columna de más de 300 metros de personas escuchó las palabras de las distintas personalidades que disertaron en el acto. Desde familiares de argentinos que aún siguen secuestrados hasta personalidades de renombre dentro del judaísmo, como el embajador de Israel en Argentina, Eyal Sela, o Eliahu Hamra, el Gran Rabio de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA).
Bajo el lema “el 7 de octubre es todos los días”, se llevó adelante el acto. Por un lado, Hamra se comprometió a “nunca bajar los brazos hasta que vuelva el último de los secuestrados”, haciendo especial énfasis en los ocho compatriotas que aún siguen en algún rincón de Gaza.
Uno de los discursos que más conmovió y movilizó a los presentes fue el del presidente de la Organización Sionista Argentina (OSA), Demián Stratievsky, quien – según algunos asistentes – puso en palabras lo que muchos judíos tienen en la cabeza: «Todo esto (grupos terroristas) se trata de destruir la vida tal cual la conocemos. Los valores y las libertades occidentales», comenzó.
En su discurso apuntó contra Irán y «sus marionetas del terror», como Hamás, Hezbolá, los hutíes, entre otros. «No les tenemos miedo y sobreviviremos, como a los egipcios, a los romanos o a los nazis», enfatizó. Y cerró con un mensaje de esperanza, el cual fue recibido con aplausos: «Una vez más, venceremos. Una vez más, los judíos sobreviviremos».
El acto contó también con la participación de los familiares de los argentinos que fueron asesinados o secuestrados por el grupo terrorista Hamás. No disertaron en el acto pero sí prendieron una vela en conmemoración a las más de 1.200 vidas que el grupo terrorista se llevó aquel 7 de octubre. En una manifestación de la más humana, atravesada por el dolor y la angustia de seguir teniendo a sus familiares secuestrados sin conocer su condición, uno de los presentes gritó con lagrimas en los ojos y la voz quebrada: «¡Fuerza a todos los secuestrados carajo!».
En representación del Gobierno estuvieron el ministro de Defensa de la Nación, Luis Petri; el ministro de Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires; y los diputados del PRO Sabrina Ajmechet y Damián Arabia. Antonio Tajani, el canciller italiano, también apoyó la causa.
Si bien más de 10.000 personas se reunieron en Córdoba y Pringles para recordar el ataque y pedir por la paz y por la vuelta de aquellos que siguen secuestrados (más de 100, entre ellos ocho argentinos), muchos otros prefirieron no dar el presente por «miedo» y «temor» a que pueda a llegar a suceder un ataque en la movilización a causa del antisemitismo y antisionismo creciente.
Banderas israelíes, argentinas, fotos de fallecidos o secuestrados y lazos amarillos (símbolo adoptado por la comunidad judía para referirse a este ataque en particular) inundaron las calles de Villa Crespo. Susana, de 67 años, sostenía las fotos de dos personas que ella no conocía, pero que las sostenía porque las siente parte de su familia.
«Estamos acá para recordar a todos», indicó Susana. «Estamos todos luchando por la paz. Los tenemos a todos en el corazón, no hay día que no estemos pensando en ellos», agregó. Además, aseguró que a diferencia de otros ataques hacia el pueblo judío, ya sea en Israel o las bombas en Argentina (embajada de Israel y AMIA), según Susana hoy el antisemitismo es mucho peor.
El cierre del acto fue encabezado por la entonación del himno nacional argentino, y por el himno de Israel. La canción oficial del Estado Judío se llama «Hatikva», lo que traducido al español sería «esperanza», un valor que atraviesa al pueblo judío a lo largo de su historia, en donde luego de ser perseguido por cientos de años la comunidad tiene la esperanza de seguir viviendo y compartiendo, como lo hicieron por toda su historia.
Am Israel Jai – El pueblo de Israel vive.
MDZ
