A un año del femicidio de Catalina Gutiérrez, por el que su compañero de la universidad Néstor Soto fue condenado a prisión perpetua, su hermana Lucía publicó una conmovedora carta en su cuenta de Instagram.

“Hoy hace un año una parte de mí se fue con vos, ya nada es lo mismo ni lo volverá a ser. Es un dolor perpetuo. Te extraño. Te pienso. Maldigo ese 17 de julio”, comienza la misiva difundida por NA.

Campañas sucias: la Cámara Electoral resolvió que es delito publicar fake news para perjudicar a un candidato

«Aún duele como el primer día»

“Me pellizco para ver si estoy en la peor de mis pesadillas. No estás. Nos quedó tanto por hacer y compartir que ahora sos mi motor para seguir. Aún duele como el primer día, nada pasa, nada cambia, el tiempo no cura”, prosigue el texto.

“Cuanto agradezco la hermandad fiel y hermosa que tuvimos. Cuanto amé ser tu compinche, cuidarnos, defendernos, escucharnos, aconsejarnos. Mucha gente cercana me dijo que jamás habían visto una relación de hermanas como la nuestra Catu”, recordó en la publicación en la que aparece un collage de fotos.

Cadáver en el placard: los vecinos del expolicía Grasso vivieron una película de terror

«Dame fuerzas, que difícil es todo»

“Sería capaz de cualquier cosa para volver a verte y abrazarte fuerte. Como siempre digo, vivo por vos, sigo por vos, por mamá, por papá y porque sé cuánto disfrutabas el vivir. Dame fuerzas, que difícil es todo”, expresó en otra parte de la carta.

“Y tranquila que el karma tarde o temprano llega y lo sabemos… nadie se va de esta vida sin pagar todo el daño que nos hicieron. Te amo como a nadie y solo vos sabes cuanto te lloro, cuanto te extraño y cuanto te necesito. Para siempre mi orgullo más grande, ejemplo de hermana, de persona, de hija, de amiga”, finalizó Lucía.

Soto, condenado

La Cámara 11° del Crimen condenó por mayoría el 19 de marzo a prisión perpetua a Néstor Aguilar Soto por el femicidio de Catalina Gutiérrez.

El tribunal que existió violencia de género en el homicidio y que lo cometió para ocultar los golpes que antes le había propinado.

Perfil Córdoba