Conciliar el sueño puede ser un desafío, especialmente en la vida adulta, cuando las responsabilidades y el estrés diario se combinan. Las obligaciones laborales, familiares y personales suelen acumularse, dejando poco espacio para relajarse antes de dormir. A esto se suman factores como el uso excesivo de pantallas, la falta de actividad física o hábitos alimenticios poco saludables que afectan directamente la calidad del sueño.

MDZ